Empezar con la copa menstrual

Empezar con la copa menstrual

La copa menstrual es un objeto flexible con forma de copa o campana, normalmente hecho de silicona o látex, que se utiliza para recoger el flujo menstrual. A diferencia de otros productos menstruales, como tampones o compresas, en lugar de absorber el flujo lo recoge en el interior de la copa, que luego se desecha, de forma que tras su higienización puede volver a utilizarse.

Muy brevemente, su forma de uso consiste en la inserción de la copa plegada en la vagina, de la misma manera en que se coloca un tampón sin aplicador o un diafragma o anillo. Una vez colocada en el interior de la vagina —si se ha hecho adecuadamente, ni la notarás— se despliega y se apoya en las paredes de la vagina, sellándola e impidiendo los escapes. La sangre se acumula en su interior de forma que, al cabo de unas cuantas horas, dependiendo de la intensidad de tu flujo, tendrás que retirarla, vaciarla y, tras un simple enjuague, podrás usarla de nuevo. Encontrarás a continuación información más extensa, detallada y gráfica acerca de cómo insertar la copa, sacarla, lavarla e higienizarla entre regla y regla.

Cómo empezar a usar una copa menstrual

1. Elige el tamaño de la copa.

La mayoría de marcas o fabricantes ofrecen copas menstruales en dos o tres tamaños diferentes. Es importante recalcar que este tamaño no está relacionado en absoluto con tu altura o peso sino con la altura de tu cérvix.

La altura del cérvix es una medida que puedes tomar tú misma (en este artículo puedes encontrar información sobre cómo hacerlo), pero también es posible decidir qué tamaño es el adecuado para ti en función de la edad y si has tenido o no algún parto vaginal*:

  • Si el fabricante tiene dos tamaños de copa, normalmente la talla pequeña es para mujeres hasta los 25 o 30 años y que no han tenido parto vaginal; y la talla grande, para mujeres mayores de 30 o que sí han tenido parto vaginal. Se suele decir que la copa pequeña es para cérvix bajo o medio y la grande para cérvix alto.
  • Si el fabricante tiene tres tamaños de copas, el pequeño suele ser para adolescentes y mujeres jóvenes que no han tenido parto vaginal; el mediano para mujeres mayores de 25 que no han tenido parto vaginal; y el grande para mujeres que sí han tenido parto vaginal.

*Se sabe que uno de los factores que más influyen en la anchura del canal vaginal es un parto vaginal, evento tras el cual este no recupera completamente su anchura previa.

De todos modos, si no estás segura te recomendamos que optes por uno de los fabricantes que dan garantía de talla. Estos te suelen permitir probar 30 días y si no te sirve la talla te la cambian por otra, previa devolución de la copa que no sirve.

Otro aspecto a tener en cuenta a la hora de escoger tamaño, aunque es secundario con respecto a los anteriores, es la abundancia de flujo. Las copas, según aconseja cada marca, pueden usarse de 8 a 12 horas seguidas, pero eso depende lógicamente de cuánto se llenen. Para flujos leves o medianos se recomiendan tallas más pequeñas, para flujos abundantes las tallas más grandes. Incluso hay mujeres que prefieren usar una talla grande al principio del período y una más pequeña hacia el final de este, en función de las características de su ciclo.

2. Aprende a doblar la copa.

Hay varias formas de doblar la copa menstrual para poder introducirla fácilmente en la vagina. No hay ninguna que sea mejor que otra, es una cuestión puramente personal y de práctica. Te recomendamos que pruebes estas tres que te contamos y pronto encontrarás la que te resulta más fácil y cómoda.

  • Cierre en C. Es una de las formas de doblarla más habituales y se denomina así porque la copa termina con una forma de letra “C”. Para plegarla, aplasta la copa del todo haciéndola plana y luego dóblala sobre sí misma longitudinalmente.
  • Cierre en S. La copa se pliega en un tamaño más pequeño que el cierre en “C” y normalmente se abre en el interior con facilidad, es una buena opción si estás empezando. Aplasta la copa del todo, luego coge el lado derecho y dóblalo sobre el izquierdo en diagonal hacia abajo (hacia la parte inferior de la copa).
  • Pinzado inferior. Esta es la forma de plegado en la que la boca queda más pequeña, es ideal para principiantes. Aplasta el borde de la copa hacia abajo haciendo que se pliegue hacia el interior y luego comprime la copa desde los lados.

3. Introduce la copa en la vagina.

Lávate bien las manos con jabón. Busca una posición cómoda, sentada en el inodoro, en el borde de la bañera, de pie con una pierna en alto, en cuclillas. Si ya eres usuaria de tampones, adopta la misma postura que utilizas para ponértelos. Pliega la copa de la forma que te resulte más práctica y, si quieres, humedécela con agua para favorecer su deslizamiento. También puedes usar lubricantes, aunque no son necesarios, pero elige los que sean al agua ya que los oleosos pueden dañar los materiales de la copa. Una vez introducida, la copa se abrirá sola; para favorecer que los bordes se peguen bien a las paredes de tu vagina y evitar escapes, te recomendamos que la gires levemente una vez colocada. Sabrás si la has colocado correctamente si no notas nada.

4. Cómo sacar la copa menstrual.

De nuevo, el primer paso es lavarte bien las manos con jabón y el segundo, encontrar una postura en la que estés cómoda y puedas relajarte, especialmente si estas son tus primeras veces usando una copa menstrual. Siéntate, agáchate en cuclillas o quédate de pie levantando una pierna; básicamente la misma posición que usas para colocar la copa. Empieza localizando con tus dedos la base de la copa, que debería estar cerca de los labios vaginales. Si la copa se ha movido hacia arriba, prueba a empujar con tu musculatura pélvica, como si quisieras orinar o defecar. Una vez localizada la base, presiona las paredes de la copa con tus dedos pulgar e índice para favorecer la salida de aire y que se despegue y a continuación tira de ella para sacarla. Vacía su contenido, límpiala con agua y ya puedes usarla otra vez.

Es posible que las primeras veces no encuentres la copa al principio o tengas dificultades para sacarla. Es totalmente normal y absolutamente solucionable. A continuación, te damos una serie de consejos para superar estos casos:

Paso 1: Respira y recapitula.

En caso de que, por algún motivo, no puedas sacar la copa o encontrarla con tus dedos, lo más importante es que estés tranquila; la copa no se pierde ni se va a ningún lado. Tampoco te va a causar ningún daño si eventualmente llevas la copa puesta más tiempo del prescrito por el fabricante (normalmente de 8 a 12 horas), es más importante que te tomes todo el tiempo que necesites y busques un lugar y un momento tranquilos para intentarlo de nuevo. Si llevas un tiempo intentando sacarla y tus dedos están entumecidos o sientes irritación vaginal, déjalo un rato y descansa. Bebe algo, escucha música y relájate, mientras tanto vamos a repasar. Razones por las que la copa puede no salir de forma fácil:

  1. Tienes el techo del cérvix alto y estas usando una copa pequeña. Si no sabes lo que es el cérvix o de qué estamos hablando, lee este artículo. Posiblemente lo que ha ocurrido es que la copa se ha movido hacia arriba del canal y, al ser pequeña, no tocas el extremo.
  2. Si la puedes tocar, pero no la puedes sacar o tienes molestias al intentarlo, entonces hay un detalle que puede ayudar: ¿estás apretando la copa o solo tirando del extremo largo inferior? La copa saldrá fácilmente y sin notarlo si deshaces el vacío que se hizo cuando la pusiste, para ello debes pellizcar la base de la copa, de forma que sale algo de aire y esta puede despegarse de las pareces del conducto vaginal. Si no puedes pellizcarla porque no llegas bien, sigue al paso 2.

Si te preocupa manchar de sangre el sitio donde estás, para estas primeras veces, mientras aún no te has hecho del todo con la forma de poner y quitar la copa, te recomendamos que si puedes hagas esto en la ducha y así eliminas un motivo de posible estrés.

Paso 2: Ahora que ya sabes seguramente qué pasa y cómo solucionarlo, dirige tus esfuerzos.

En este momento tus músculos del suelo pélvico pueden ayudarte, empujando con ellos conseguirás que la copa se mueva hacia abajo. Los músculos del suelo pélvico o músculos de Kegel son los que controlan tus esfínteres, los usas para retener la orina o gases, o para lo contrario, y mantienen tu sistema reproductor en su sitio. ¿Has notado alguna vez cómo toser, estornudar o reírte pueden causar algunos estropicios durante la regla? Es gracias a tus músculos del suelo pélvico. Usa estos músculos para empujar, como si quisieras orinar o defecar, en impulsos pequeños y mientras aprietas busca con el índice y el pulgar. Cuando llegues al extremo inferior de la copa (suele ser un apéndice alargado o en forma de bola), no tires solamente sino muévelo de un lado a otro e intenta llegar a la base de la copa para pellizcarla. Una vez la puedas pellizcar, saldrá el aire y se desplazará hacia abajo sin dificultad. Esto ocurre porque al pellizcarla deja de hacer el vacío (succión) y se desliza ya sola hacia abajo por gravedad.

Paso 3: ¿Aún no ha salido? Cambia de postura.

Puede haber mucha diferencia entre intentarlo en cuclillas o levantando una pierna. Vuelve a probar el paso dos en una postura distinta, que no hayas probado aún. En cuclillas es una posición que acorta el canal vaginal y debería ayudarte en el proceso.

Paso 4: Si aún no ha salido, el último paso es ir al ginecólogo.

Esto es extremadamente inusual; lo habitual es que salga inmediatamente después de dejar de tirar del extremo de la copa y pellizcar la base, y que hayas podido llegar a ella al cambiar de posición o usar tu musculatura pélvica para empujar. Pero, en el caso de que nada funcione y el ginecólogo o ginecóloga tenga que ayudarte, no te deshagas de tu copa; puede que el fabricante tenga garantía de recambio por otra talla o devolución de dinero. Lo más probable que haya pasado es que no tuvieras la talla correcta.

5. Limpiar la copa.

Antes del primer uso y entre reglas:

Lo mejor es hervirla sumergida en agua en un cazo por un mínimo de 3 minutos hasta 10, dependiendo del material (consulta en la ficha de producto o al fabricante); normalmente 3 minutos de hervor son suficiente para esterilizarlas. Hay algunos fabricantes que suministran unos recipientes de silicona para esterilizar las copas en el microondas, introduciendo en ellos la copa, llenándolos de agua y calentándolos en el microondas durante varios minutos a máxima potencia. Alternativamente, puedes usar tabletas o solución esterilizadoras, como las que se utilizan para los chupetes y tetillas de biberones para bebés.

Durante la regla:

Simplemente vacíala, aclárala con agua fría y continúa usándola normalmente. Si quieres, puedes lavarla con un jabón suave sin perfume, pero aclárala bien porque los restos de jabón pueden causarte irritación. Las copas pueden llevarse de 8 a 12 horas (dependiendo del tamaño) ininterrumpidamente. Puedes dormir con ella, hacer deporte o cualquier otra actividad. Durante el día, si puedes, se recomienda vaciarla cada 4-8 horas.

Después de la regla:

Esterilízala como hemos explicado antes y guárdala en su bolsita o recipiente.

Como limpiar la copa en un baño público:

Lo ideal sería tener un lavabo dentro del espacio del inodoro, pero lo cierto es que esto no ocurre siempre en los baños públicos. Si tienes a mano una botella de agua, puedes usarla para aclarar la copa encima del inodoro, pero si no, como alternativa puedes limpiarla con papel higiénico y colocártela de nuevo. Lávala bien con agua fría la próxima vez que la vacíes en casa o cerca de un lavabo.

6. Otras cuestiones.

Recortar la copa:

Dependiendo de su fabricante, algunas copas menstruales tienen el apéndice inferior más largo y puede que sobresalga ligeramente y te moleste ocasionalmente al sentarte. Aunque esto no suele ocurrir, si es tu caso y el apéndice es suficientemente largo, se puede recortar un poco, pero antes de hacerlo asegúrate de que llegas bien al extremo inferior de la copa para retirarla y que te sientes cómoda poniéndotela y quitándotela.

La copa pierde, ¿qué hago?:

Tal como ocurre cada vez que empezamos a utilizar algo nuevo, es posible que los primeros días nos encontremos con alguna dificultad, como experimentar algún escape mientras utilizas la copa. El nivel de pérdidas de las copas menstruales es muy bajo, de hecho, hay estudios serios que verifican que es inferior al de los tampones y compresas, como este de una prestigiosa revista médica [en inglés]. Estas pérdidas o escapes se pueden deber a varias razones:

  • La talla. El motivo más frecuente es que el tamaño de la copa que estás usando no sea el ideal para ti. Te recomendamos que revises las recomendaciones de tamaño, un poco más arriba, y que optes por probar un tamaño distinto si crees que esa puede ser la razón. Algunos fabricantes permite el reemplazo por otra talla si les devuelves la que no sirve. Si el tamaño es incorrecto (por ejemplo, demasiado pequeña) es posible que se suba demasiado en el canal vaginal.
  • No ha hecho vacío. Es posible que no se haya desplegado bien una vez introducida. Cuando la insertas, la copa recupera su forma al soltarla y al tocar sus paredes las del canal vaginal se crea un cierre casi hermético. Si no se despliega bien, el cierre no se produce y pierde líquido por los lados. Una forma de solucionarlo es rotar un poco la copa con los dedos en su posición. Si la rotación no funciona, lo mejor es sacarla e insertarla de nuevo. Es posible que las primeras veces que te la pones tengas que hacer varios intentos hasta que encuentres la forma más cómoda y efectiva para ti. Para comprobar si está bien abierta, tira suavemente del extremo. Si encuentras algo de resistencia, es que está bien colocada ya que el vacío que se crea en la copa hace que regrese a su lugar. De hecho, sería muy difícil sacarla así (sin pellizcarla, solo tirando) una vez está bien puesta. Otra forma de comprobar si la copa se ha abierto una vez insertada es recorrer el perímetro de la copa con el dedo; si no notas ninguna arruga, es que está bien. Si, por el contrario, tocas alguna arruga o pliegue, es probablemente que esté mal puesta; prueba con otra forma de plegarla antes de insertarla. Si llevas un DIU es posible que los cordeles estén impidiendo que selle bien la copa y eso ocasiona las fugas. En este caso, puedes pedir a tu ginecólogo que acorte estos cordones para que no interfieran con ella.
  • La copa está llena. Si tienes mucho flujo puede ser que se haya llenado antes de lo que esperabas. Normalmente una copa puede contener el mismo volumen de sangre (de media, depende por supuesto del tamaño) que absorberían 3 tampones. Cuando tengas días de mucho flujo, revísala y vacíala con un poco más de regularidad (cada 4 o 6 horas).
  • Se ha movido el cérvix y la copa se ha descolocado. Durante la menstruación bajan los niveles de estrógeno y eso puede provocar cambios en la posición del cérvix. Además, tal y como pierdes el recubrimiento uterino durante la menstruación, el cérvix se dilata y abre ligeramente para facilitar la salida del flujo. Por este motivo, puede ocurrir que la copa deje pasar algo de flujo durante la noche aunque no esté llena. También puede ocurrir que hayas colocado la copa tan arriba como colocarías un tampón, pero las copas funcionan mejor cuanto más abajo se quedan puestas. Si tu copa empieza a perder poco después de haberla puesto y, además, cuando la quitas solo está medio llena, es probable que esté tan arriba que el cérvix la presione y fuerce a que se salga la sangre. Si es el caso, intenta insertarla más abajo o vacíala con más frecuencia.
  • A veces, ir de vientre puede causar pequeñas fugas. Si tienes algo de diarrea o de estreñimiento, como es habitual que ocurra en los primeros días del periodo, es importante saber que también puede alterar un poco la posición de la copa. En cualquier caso, al contrario de lo que sí ocurre con los tampones, la copa no se saldrá nunca al ir de vientre, en todo caso puede ser que pierda un poco. Esto se debe a la presión que se hace con la musculatura pélvica no a que la copa se haya descolocado.
  • Tus músculos del suelo pélvico son muy fuertes. Tener estos músculos fuertes tiene muchos efectos positivos, pero es posible que aprieten las paredes de la copa, lo que provoca el mismo efecto que cuando la pellizcas con tus dedos índice y pulgar al quitarla. Eso rompe el sello entre la copa y las paredes vaginales y se escapa el flujo. Si te ocurre eso, te recomendamos cambiar a una copa más rígida.

Esperamos que este artículo te haya servido para tener un poco más claras las cosas en cuanto al uso de las copas menstruales. Si bien es cierto que no es un producto menstrual que sirva para todo el mundo, y que necesita un cierto tiempo de aprendizaje al empezar a utilizarla, al igual que los tampones, quienes las usamos regularmente nos beneficiamos enormemente del cambio. Es cómoda, más eficaz que compresas y tampones, totalmente sostenible y mucho más económica, ya que, bien cuidada, puede darnos hasta 10 años de uso.

Leave a reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *